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Pau o Pablo Casals (El Vendrell, España, 1876-San Juan, Puerto Rico, 1973)

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Violoncelista, director de orquesta y compositor español. El nombre de Pau Casals está indisolublemente unido a un instrumento músico, el violoncelo. No obstante, fue algo más que un prodigioso violoncelista: buen pianista, además de director de orquesta y apreciable compositor, fue uno de los primeros que supo conciliar la tradición virtuosa del Romanticismo con un creciente respeto a la partitura. Más aún, en su caso quizá sea más importante el hecho de que su gran talla como intérprete se viera correspondida con su calidad humana, representada por su incansable labor en pro de la democracia, las libertades y los derechos de los pueblos.


Hijo de un modesto organista y profesor de música de la parroquia de El Vendrell, Casals se inició pronto en el arte musical, aunque no fue sino hasta una edad relativamente tardía, los once años, cuando oyó por vez primera el sonido de un violoncelo. A partir de ese momento, no tuvo ninguna duda sobre su vocación.

Tras estudiar en Barcelona y Madrid, se consagró rápidamente como violoncelista en el ámbito internacional. Su exquisita concepción del fraseo, su perfecta afinación y su prodigiosa técnica, le hicieron triunfar ante los auditorios más exigentes, como los de Londres, París o Viena, al lado de las más grandes orquestas, batutas e intérpretes. Con dos de éstos, el violinista Jacques Thibaud y el pianista Alfred Cortot, constituyó a partir de 1905 un trío mítico.

Paralelamente a su actividad como solista, el músico empezó a prodigarse como director de orquesta, fundando en Barcelona, en 1920, la Orquesta Pau Casals. La derrota de la causa republicana en la guerra civil española, a la que se había adherido, le obligó a exiliarse.

De su producción como compositor cabe destacar el oratorio El pessebre (1960), el Himno a las Naciones Unidas (1971) y, por encima de todo, El cant dels ocells, una emotiva pieza que toma su melodía de un tema popular catalán.


Tomás Bretón (Tomás Bretón Hernández; Salamanca, 1850-Madrid, 1923)

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Compositor y director de orquesta español. Hijo de una humilde familia y huérfano de padre a los dos años, pudo, a costa de grandes sacrificios, empezar sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Eloy de su ciudad natal. Discípulo de Emilio Arrieta en el Conservatorio de Madrid, durante su juventud se ganó la vida tocando el violín en diversas orquestas y cafés.


En 1875 estrenó con gran éxito su primera tentativa operística, Guzmán el Bueno. En la década de 1880 prosiguió su formación en Roma, Milán, Viena y París. A su regreso a España, dirigió la Orquesta de la Sociedad de Conciertos, con la que realizó una valiosa labor en la introducción del repertorio sinfónico europeo.

Como compositor, e influido por la corriente nacionalista en boga en otros países europeos, apoyó decididamente la causa de la ópera española con títulos como Los amantes de Teruel (1889) y La Dolores (1894), ninguna de las cuales ha obtenido el éxito de La verbena de la Paloma. Por una de esas paradojas que se dan a veces, Tomás Bretón, que durante toda su vida luchó por la creación de una ópera nacional española, hoy día es recordado por una obra que él consideraba menor, La verbena de la Paloma (1894), uno de los retratos musicales más acabados y llenos de vida del Madrid de finales del siglo XIX.

En 1895 estrenó la ópera La Dolores sobre un libreto de Feliu y Codina. Luego de triunfar clamorosamente en Madrid y Barcelona, esta obra fue aplaudida en Portugal, Viena, Praga y otros escenarios de Europa y América. El propio autor la dirigió en el teatro Colón de Buenos Aires en 1910. Anteriormente había dirigido algunos conciertos en el St. James Hall de Londres. Compuso además obras corales, de cámara e instrumentales.

Jacques Louis David (París, 1748 - Bruselas, 1825)

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Pintor francés. Comenzó su formación con Boucher, un pariente lejano, y la completó con Vien, con quien viajó a Roma en 1776, después de haber obtenido el año anterior el Prix de Rome con Antíoco y Estratonice. Su estancia en Italia resultó decisiva, no sólo porque le permitió entrar en contacto con los clásicos, sino también porque lo sumergió en el clima artístico de la época, caracterizado por la difusión de los escritos de Mengs y Winckelmann que dieron origen al neoclasicismo.


Abrazó con convicción la nueva tendencia y llegó a convertirse en uno de los principales protagonistas del neoclasicismo europeo. Para David, el neoclasicismo fue el vehículo para oponerse a la frivolidad del rococó y superarla, y también para exaltar a través de la pintura unos ideales éticos, como la honestidad o el triunfo del sentido del deber, y ello hasta tal punto que en su obra el regreso a los ideales del clasicismo está al servicio de finalidades éticas, lo que resulta evidente en la mayoría de los temas elegidos.

En 1784, El juramento de los Horacios lo consagró como un gran maestro de la pintura; el rigor compositivo, la solemnidad y la intransigente subordinación del color al dibujo constituyen toda una exaltación de los ideales del neoclasicismo. Desde entonces hasta su muerte, fue una figura reconocida.

Participó activamente en la Revolución Francesa (fue diputado y organizador cultural) y después de un breve paso por la cárcel se convirtió en pintor oficial de Napoleón, del que realizó excelentes retratos, con particular mención para La coronación de Napoleón y Napoleón cruzando los Alpes. De sus obras del período revolucionario son emblemáticas el inacabado Juramento del Jeu de Paume y Marat asesinado, que forma parte de una trilogía de exaltación a los héroes de la Revolución. Tras la caída de Napoleón, se exilió en Bruselas, donde nunca consiguió superar sus creaciones anteriores.

David Alfaro Siqueiros

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1896 

Nace David Alfaro Siqueiros, importante muralista mexicano.


Serie Cosmogénesis Kundalini Cósmico

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Técnica: Mixta
Tamaño: 80 cm x 60 cm

Armando Villegas (Perú) en 1926 - fallecido el 29 de diciembre de 2013 en Bogotá

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Reconocido artista nacido en Pomabamba (Perú) en 1926 y fallecido el 29 de diciembre de 2013 en Bogotá. 

Residió en Colombia desde 1951. Es considerado como una de las figuras más representativas de la plástica latinoamericana. Perteneciente al grupo, que según Marta Traba, introdujo la contemporaneidad artística en Colombia (al lado de Eduardo Ramírez Villamizar, Fernando Botero, Enrique Grau, Alejandro Obregón y Guillermo Wiedemann), cultivó con igual fervor el abstraccionismo y el arte figurativo, además de dedicar durante la última década su esfuerzo a la creación de un millar de esculturas elaboradas con material desechable, proponiendo así desde tres orillas distintas el vigor de su arte, siempre tocado por sus raíces ancestrales. 
Villegas fue finalista del Premio Príncipe de Asturias 2013 y recibió importantes reconocimientos por su aporte artístico. Realizó exposiciones individuales en numerosos países, combinando siempre su infatigable labor creativa con su pasión por la pedagogía, ejercida en las más importantes universidades colombianas. Como gestor cultural se le debe el sueño y la ejecución del Museo de Arte Contemporáneo Bolivariano de Santa Marta.
Fue director de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Colombia.







Cándido López

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1902 

Muere en Baradero (provincia de Buenos Aires) Cándido López, notable pintor que documentó con precisión escenas de la guerra del Paraguay. Nació en Buenos Aires el 29 de agosto de 1840. 

Cuando se habla de la historia del arte argentino, siempre se nombra a los mismos "popes", olvidándose o dejando en segunda o tercera fila a otros grandes artistas. Un claro ejemplo de ello es Cándido López (1840-1902), nacido en Buenos Aires, que, al no participar de las características generales de sus contemporáneos, está considerado como un artista marginal. Estudió en el taller del italiano Baldesarre Verazzi -pintor y muralista- y con el argentino Carlos Descalzo -retratista y fotógrafo-. 

Precisamente, se asoció al fotógrafo Juan Soulá, con quien recorrió, entre 1859 y 1863, los pueblos de Mercedes, Bragado, Chivilcoy, Luján y Carmen de Areco, en donde realizó retratos al daguerrotipo y algunas pinturas, entre ellas el retrato al óleo realizado en 1862 al general Mitre. 

López recién fue aceptado como pintor 69 años después de su muerte. En 1963, sus descendientes le donaron al Museo Nacional de Bellas Artes una colección de cuadros de batallas pintados entre 1891 y 1902 y un autorretrato de 1858. Pero la donación recién fue aceptada cinco años después y presentado al público en 1971; el interés que el autorretrato produjo consiguió variar sustancialmente el concepto artístico que se tenía de él. Cosas del arte, como quien diría.

Al estallar la Guerra de la Triple Alianza, en 1865, López se enroló en el Batallón de Voluntarios de San Nicolás con el grado de teniente 2º. Participó en varias batallas y el 22 de septiembre de 1866, en la batalla de Curupaytí, un casco de granada le despedazó la muñeca derecha: los primeros auxilios los realiza en Curuzú, el Dr. Lucilo del Castillo. Es llevado a Corrientes y trasladado al Hospital de Sangre, donde para evitar una incipiente gangrena continúa y le realizan una amputación arriba del codo. Esto lo obligó a educar su mano izquierda, con la cual plasmó en el lienzo todos los apuntes que había realizado a lápiz: croquis de uniformes, paisajes, batallas, campamentos con descripciones tan detalladas que más que pinturas parecen partes de batalla. La primera obra realizada por López con su mano izquierda, es Rancho donde vivía el Dr. Lucilo del Castillo en el Campamento de Tuyutí, se la regaló a su médico.

Para realizar las escenas de batallas, movimientos de tropas, desembarcos y la vida en los campamentos, utilizó un formato de lienzo muy particular, muy apaisado en una proporción de uno a tres (40 por 105 cm. -41 por 106cm.), lo que le permitía una narración al máximo detalle de acciones múltiples y simultáneas, como así también optó por puntos de vista elevados, lo que hace extender aún más la profundidad de las perspectivas y de esta manera poder desarrollar las acciones bélicas en superficies de terreno que se prolongan extensas, hasta la línea de horizonte, siempre ubicadas en la parte superior de la obra.

Su idea original era realizar al menos 90 cuadros de batallas pero alcanzó a pintar 58; en ellos vemos al 1er Cuerpo del Ejército Argentino pasar por el río Corrientes, cruzar el arroyo San Joaquín, el velatorio del primer soldado muerto perteneciente al Batallón de Guardias Nacionales de San Nicolás, los campamentos en Uruguayana, en Empedradro, en las costas del Paraná frente a Itapirú; las batallas de Tuyutí, Yataytí, Corá, Boquerón, Curupaytí, etcétera. También hay una descripción minuciosa con detalles miniaturistas de los uniformes de cada uno de los batallones de la Alianza como así también del ejército paraguayo, de las armas utilizadas, de las tareas que se realizaban en los campamentos, los preparativos para cruzar un río e infinidad de situaciones. 

Mitre escribió de su obra: "Sus cuadros son verdaderos documentos históricos por su fidelidad gráfica y contribuirán a conservar el glorioso recuerdo de los hechos que representan". Sin embargo, pasarán muchos años para que al "manco de Curupaytí" se lo reconozca como artista; también hoy habría que reconocerlo como uno de los primeros reporteros gráficos de nuestra historia. 

El 22 de septiembre de 1872 se casa con Emilia Magallanes, con quien tiene 12 hijos; en 1880 se establecen en un campo de Carmen de Areco, que pertenecía a la familia de su esposa, y se dedica a tareas agrícola-ganaderas, pero sin abandonar sus actividades pictóricas. Sus últimos años los pasó trabajando entre Buenos Aires y Merlo, realizando naturalezas muertas (algunas firmadas como Zepol, invirtiendo las letras de su apellido) y algunos otros motivos.

En marzo de 1885 se inaugura en el Club de Gimnasia y Esgrima la muestra de 29 pinturas al óleo que representan distintos episodios de la Guerra de la Triple Alianza. En 1887, agobiado por la pobreza, le escribe a Mitre pidiéndole que el Superior Gobierno le compre algunas obras y éste, interesándose no sólo como amigo sino como camarada de armas, publica el Catálogo descriptivo de la Colección de cuadros históricos; en septiembre de ese año, el Gobierno adquiere las 29 obras con destino al Museo Histórico Nacional. 

Cándido López no sólo fue contemporáneo de pintores como Eduardo Sívori, Ángel Della Valle y Ernesto de la Cárcova, sino que vivió durante los años en que se organizó la escena artística nacional con el surgimiento de la crítica especializada, la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, el Museo Nacional de Bellas Artes, las galerías, las exposiciones, etcétera. Sin embargo, al permanecer ajeno a esta explosión del medio artístico, trabajando en su obra, no fue tenido en cuenta como artista y, como es normal en el arte, no pudo gozar del reconocimiento de sus pares, de la gloria de su arte, del abrazo del público. En fin, su reconocimiento llegó demasiado tarde.




Henri Matisse

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1869 

Nace en Le Cateau (Francia) Henri Matisse, pintor francés y uno de los máximos exponentes del impresionismo. (Hace 144 años)



Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864 - Salamanca, 1936)

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Escritor, poeta y filósofo español, principal exponente de la Generación del 98.

Entre 1880 y 1884 estudió filosofía y letras en la universidad de Madrid, época durante la cual leyó a T. Carlyle, Herber Spencer, Friedrich Hegel y Karl Marx. Se doctoró con la tesis Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca, y poco después accedió a la cátedra de lengua y literatura griega en la universidad de Salamanca, en la que desde 1901 fue rector y catedrático de historia de la lengua castellana.

Inicialmente sus preocupaciones intelectuales se centraron en las cuestiones éticas y los móviles de su fe. Desde el principio trató de articular su pensamiento sobre la base de la dialéctica hegeliana y más tarde acabó buscando en las dispares intuiciones filosóficas de Spencer, Sören Kierkegaard, W. James y H. Bergson, entre otros, vías de salida a su crisis religiosa.

Sin embargo, las contradicciones personales y las paradojas que afloraban en su pensamiento actuaron impidiendo el desarrollo de un sistema coherente, de modo que hubo de recurrir a la literatura, en tanto que expresión de la intimidad, para resolver algunos aspectos de la realidad de su yo. Esa angustia personal y su idea básica de entender al hombre como "ente de carne y hueso", y la vida como un fin en sí mismo se proyectaron en obras como En torno al casticismo (1895), Mi religión y otros ensayos (1910), Soliloquios y conversaciones (1911) o Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos (1913).

El primero de los libros fue en realidad un conjunto de cinco ensayos en torno al "alma castellana", en los que opuso al tradicionalismo la "búsqueda de la tradición eterna del presente", y defendió el concepto de "intrahistoria" latente en el seno del pueblo frente al concepto oficial de historia. Según propuso entonces, la solución de muchos de los males que aquejaban a España era su "europeización".

Sin embargo, estas obras no parecían abarcar, desde su punto de vista, aspectos íntimos que formaban parte de la realidad vivencial. De aquí que literaturizase su pensamiento primero a través de un importante ensayo sobre dos personajes clave de la literatura universal en la Vida de don Quijote y Sancho (1905), obra en la que, por otra parte y en flagrante contradicción con la tesis europeísta defendida en libros anteriores, proponía "españolizar Europa". Al mismo tiempo, apuntó que la relación entre ambos personajes cervantinos simbolizaba la tensión existente entre ficción y realidad, locura y razón, que constituye la unidad de la vida y la común aspiración a la inmortalidad.

El siguiente paso fue la literaturización de su experiencia personal a fin de dilucidar la oposición entre la afirmación individual y la necesidad de una ética social. El dilema planteado entre lo individual y lo colectivo, entre lo mutable y lo inmutable, el espíritu y el intelecto, fue interpretado por él como punto de partida de una regeneración moral y cívica de la sociedad española. Él mismo se tomó como referencia de sus obsesiones del hombre como individuo. "Hablo de mí porque es el hombre que tengo más cerca."

Su narrativa progresó desde sus novelas primerizas Paz en la guerra (1897), y Amor y pedagogía (1902) hasta la madura La tía Tula (1921). Pero entre ellas escribió Niebla (1914), Abel Sánchez (1917), y sobre todo Tres novelas ejemplares y un prólogo (1920), libro que ha sido considerado por algunos críticos como autobiográfico, si bien no tiene que ver con hechos de su vida, sino con su biografía espiritual y su visión esencial de la realidad: con la afirmación de su identidad individual y la búsqueda de los elementos vinculantes que fundamentan las relaciones humanas.

En ese sentido, sus personajes son problemáticos y víctimas del conflicto surgido de las fuertes tensiones entre sus pasiones, y los hábitos y costumbres sociales que regulan sus comportamientos y marcan las distancias entre la libertad y el destino, la imaginación y la conciencia.

Su producción poética comprende títulos como Poesía (1907), Rosario de sonetos líricos (1912), El Cristo de Velázquez (1920), Rimas de dentro (1923) y Romancero del destierro (1927), éste último fruto de su experiencia en la isla de Fuerteventura, adonde lo deportaron por su oposición a la dictadura de Primo de Rivera. También cultivó el teatro: Fedra (1924), Sombras de sueño (1931), El otro (1932) y Medea (1933).

Sus poemas y sus obras teatrales abordaron los mismos temas de su narrativa: los dramas íntimos, amorosos, religiosos y políticos a través de personajes conflictivos y sensibles ante las formas evidentes de la realidad. Su obra y su vida estuvieron estrechamente relacionadas, de ahí las contradicciones y paradojas de quien Antonio Machado calificó de "donquijotesco".

Considerado como el escritor más culto de su generación, fue sobre todo un intelectual inconformista que hizo de la polémica una forma de búsqueda. Jubilado desde 1934, sus manifiestas antipatías por la República española llevaron dos años más tarde al gobierno rebelde de Burgos a nombrarlo nuevamente rector de la universidad de Salamanca, pero fue destituido a raíz de su pública ruptura con el fundador de la Legión. En 1962 se publicaron sus Obras completas y en 1994 se dio a conocer la novela inédita Nuevo mundo.

Dolor Común

Cállate, corazón, son tus pesares 
de los que no deben decirse, deja 
se pudran en tu seno; si te aqueja 
un dolor de ti solo no acíbares 

a los demás la paz de sus hogares 
con importuno grito. Esa tu queja, 
siendo egoísta como es, refleja 
tu vanidad no más. Nunca separes 

tu dolor del común dolor humano, 
busca el íntimo aquel en que radica 
la hermandad que te liga con tu hermano, 

el que agranda la mente y no la achica; 
solitario y carnal es siempre vano; 
sólo el dolor común nos santifica.


Feliz Nuevo Año

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Existe una ley básica denominada Ley de Periodicidad o Ley de Ciclos, todos los Pueblos Antiguos conocían de esta, nuestros aborígenes le rinden tributo a través de la ceremonia a la Pachamama, esta ley rige toda la manifestación (“Todo en el Universo está en evolución y va desde lo más simple a lo más complejo y organizado, según tiempos y ritmos cíclicos”) ya sea la de un Logos Solar, por intermedio de un Sistema Solar, o la de un ser humano por medio de una forma humana. Esta Ley controla similarmente a todos los Reinos de la Naturaleza. (El mundo Natural se mueve en ritmos, secuencias, y ciclos – el paso de las estaciones, el movimiento de las Estrellas, la subida y el flujo de las mareas).


Cada vida manifestada tiene tres grandes Ciclos:


Nacimiento - Vida - Muerte


Involución - Evolución - Oscuración


Movimiento Inerte - Actividad - Movimiento Rítmico


Vida Tamasica - Vida Rajasica - Vida Sattvica


Hay un flujo y reflujo en toda la Naturaleza y en la marea del océano vemos la maravillosa representación de una Ley Eterna.


A medida que el ser se ajusta a las mareas de la vida, empieza a darse cuenta que existe un constante flujo, vitalización y estimulo, seguido por el reflujo inevitable y seguro de las inmutables leyes de la Fuerza.



La totalidad de la vida no tiene que estar concentrada en un violento y continuo periodo de trabajo, ni tampoco comprenderse como una eterna siesta. Tiene normalmente su propio latido rítmico y vibración y su propia y especial pulsación.


Alguna vidas cambian su ritmo y modo de actividad cada siete años otras cada nueve u once años. Aun otras actúan en ciclos más cortos con meses de enérgicos esfuerzos seguidos de meses de aparente inactividad. Algunas personas están tan sensiblemente organizadas que en medio del trabajo, acontecimientos y circunstancias, se ven forzadas a un retiro temporario en el que asimilan las lecciones aprendidas durante el precedente periodo de trabajo.


El crecimiento constituye un largo periodo de construcción, para una final destrucción, de organización para una posterior desorganización, de desarrollo de ciertos procesos rítmicos , a fin de romperlos y luego obligar al antiguo ritmo a que ceda su lugar a otro nuevo.



Que en este ciclo que comienza tengamos la capacidad y la valentía de distinguir  en que etapa de nuestras vidas nos encontramos parados, para así obrar en consecuencia a la misma abandonando viejas estructuras que nos limitan para continuar en el camino. Feliz nuevo ciclo, feliz nueva oportunidad de crecer y de ser mejores personas y de esta forma contribuir con nuestro pequeño aporte al bien común teniendo como herramienta la buena voluntad y la Fraternidad.



Isaac Asimov (Petrovichi, Smoliensk, 1920 - Nueva York, 1992)

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Escritor estadounidense de origen ruso que destacó especialmente en el género de la ciencia-ficción y la divulgación cientítica.

Nacido en el seno de una familia judía, fue el primogénito del matrimonio formado por Judah Asimov y Anna Rachel Berman. Algunos biógrafos fijan erróneamente su nacimiento el día 4 de octubre de 1919, sin reparar en el hecho de que su madre modificó esta fecha con el propósito de que el pequeño Isaac pudiese ingresar en la enseñanza pública un año antes del que le correspondía por su edad.

A comienzos de 1923, la familia Asimov abandonó la recién creada Unión Soviética para trasladarse a los Estados Unidos de América. Instalados, en un principio, en el barrio neoyorquino de Brooklyn (habitado en su mayor parte por ciudadanos hebreos), los Asimov salieron adelante en su nuevo país merced a la tienda de dulces regentada por el cabeza de familia, negocio que poco a poco fue prosperando y mudando de ubicación.

En dicho establecimiento se ponían a la venta una serie de publicaciones de ciencia ficción que el jovencísimo Isaac comenzó a devorar con verdadera curiosidad tan pronto como hubo aprendido a leer, sin sospechar que, con el paso de los años, algunas de esas revistas habrían de salir a la calle llevando en sus portadas su propio nombre.

Esta precocidad intelectual animó a sus progenitores a facilitarle una temprana formación escolar, por lo que su madre falsificó su fecha de nacimiento para hacer posible su ingreso, en 1925, en una escuela pública de Nueva York. Cursó luego su formación secundaria en la East New York Junior High School, donde se graduó en 1930; pasó luego a la Boys High School, en la que permaneció hasta 1935, año en el que, una vez completados con brillantez sus estudios de bachillerato, se halló preparado para emprender su formación superior con tan sólo quince años de edad.

Matriculado en la universidad neoyorquina de Columbia en 1935, al cabo de cuatro años Isaac Asimov ya había conseguido el título de Licenciado en Químicas; posteriormente, nuevos estudios superiores le permitieron licenciarse en Ciencias y Artes y doctorarse en Filosofía. En contra del deseo de sus padres, que esperaban que se dedicara al ejercicio de la Medicina, Asimov decidió que su futuro profesional pasaba necesariamente por el cultivo de la literatura.

Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó para la Marina estadounidense en unos laboratorios de Filadelfia. En 1942, contrajo matrimonio con Gertrudis Blugerman, con la que tendría dos hijos. Acabada la contienda, Asimov abandonó su puesto en la Navy y siguió estudios de Bioquímica en la Universidad de Columbia, en la que se doctoró 1948. Al año siguiente ingresó en el claustro de la Medical School de la Universidad de Boston, para ejercer la docencia en calidad de profesor ayudante de Bioquímica, materia que continuó explicando en dichas aulas durante casi un decenio (1949-1958).

En 1970, Isaac Asimov se separó de su esposa Gertrude para casarse, tres años después, con Janet Opal Jeppson, con la que no tuvo descendencia. A comienzos de la década de los noventa, a raíz de una intervención quirúrgica motivada por una grave afección prostática, Isaac Asimov se vio obligado a reducir su intensa actividad creativa e investigadora. La muerte le sobrevino en la ciudad de Nueva York a comienzos de la primavera de 1992, como consecuencia de un fallo cardíaco y una insuficiencia renal.

Escritor prolífico (más de quinientos títulos publicados) y gran divulgador, la obra futurista de Asimov ha gozado de gran popularidad por el sabio equilibro que consigue entre el estilo, la imaginación literaria y el mundo tecnológico y científico. En 1939 empezó a publicar cuentos de ciencia ficción en las revistas especializadas, imponiéndose en pocos años como el principal representante de la rama "tecnológica" de este género, en la que la visión del mundo futuro y de nuevas formas de organización social se basa siempre en premisas de carácter científico (aunque más o menos futuristas) y los avances tecnológicos correspondientes.

En sus relatos de robots, recogidos en Yo, Robot (1950) y El segundo libro de robots (1964), Asimov fijó las tres leyes de la robótica, que ponen al robot al servicio total del hombre y, aunque algunas veces parecen violarlas, se acaba descubriendo que esto sucede en aras de un interés superior de la Humanidad. Pero mientras los robots evolucionan hacia un modelo androide de inteligencia y lucidez moral superiores a las de los hombres, éstos, movidos por sus impulsos egoístas, incuban una profunda hostilidad hacia ellos.

Entre 1942 y 1949 Asimov publica en Astounding Science Fiction los relatos que después constituirán su Trilogía de las Fundaciones, compuesta de Fundación (1951), Fundación e Imperio (1952) y La segunda Fundación (1953). Este desigual pero poderoso corpus de historias se centra en la decadencia de un enorme Imperio galáctico de origen terrestre y sobre el intento del psicólogo Hari Seldon para limitar a sólo mil años el período de barbarie que ya ha comenzado, objetivo que se propone gracias a las dos fundaciones de científicos y psicólogos que él ha creado para este fin y a la "psicohistoria", nueva ciencia para predecir los comportamientos futuros de las masas.

En 1983 publicó una continuación de la Trilogía, Los límites de la Fundación, novela bastante prolija, llena de intrigas por el poder e interrogantes que resolver. Entre sus varias novelas de los años cincuenta, a menudo sólo parcialmente logradas, destacan Abismos de acero (1953) y El sol desnudo (1957), en donde Asimov asocia con éxito la ciencia ficción con la investigación policíaca, creando el personaje del detective Elijah Baley, auxiliado en su trabajo por un robot.

En esta última novela es especialmente afortunada la descripción de la sociedad terrestre que vive bajo bóvedas de acero subterráneas y en condiciones prácticamente de miseria, en comparación con los planetas supercivilizados de los cuales depende. De 1972 es Los propios dioses, con sus memorables habitantes de un "universo paralelo", de consistencia fluida y que conviven formando tríadas.

Las novelas de Asimov, generalmente más satisfactorias que sus numerosísimos cuentos, tienen un estilo a menudo sin relieve, basado casi exclusivamente en los diálogos, y dedicado poco más que a servir de vehículo a las tesis del autor. Pero en este tejido de ideas está también su fuerza, y el buen ritmo de su redacción consigue casi siempre implicar al lector en un crescendo excitante, proponiendo, con una argumentación infatigable, infinitas preguntas sobre el hombre y sobre el intrincado camino con el que intenta programar su propio futuro.

Con sus decenas de libros de divulgación científica, Asimov afirmó siempre su fe optimista en un progreso basado en un uso racional de la ciencia y la tecnología. En el terreno de la divulgación, también abordó otros campos del saber, como la historia, las matemáticas, la psicología y la sociología, y llegó a hablar de una nueva disciplina humanística, la psicolohistoria, que, según su propuesta, sería una suma de las aportaciones de las cuatro ramas del conocimiento humano recién mencionadas. Llevado de su afán didáctico, escribió también algunas obras destinadas al público infantil y juvenil, en las que combinaba la ficción con una serie de rudimentos científicos e históricos.




Vicente Huidobro (Santiago, 1893 - Cartagena, Chile, 1948)

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Poeta chileno fundador del Creacionismo, movimiento poético vanguardista. Fue además uno de los impulsores de la poesía de vanguardia en América Latina.

Vicente Huidobro nació en el seno de una familia de la elite oligárquica, vinculada a la gran propiedad agrícola, a la banca y a la política. Cursó la enseñanza primaria con institutrices privadas y la secundaria en el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús. Aunque fue crítico con la enseñanza jesuítica, tomó de ella una postura elitista ante la vida.

Desde su juventud realizó frecuentes viajes por Europa, que le valieron un profundo enriquecimiento cultural y una depuración de sus gustos estéticos. Particularmente intenso desde la experiencia intelectual fue el largo período en que residió en París, ciudad a la que llegó en 1916, en plena guerra mundial; allí conoció a Picasso, Juan Gris, Max Jacob y Joan Miró, entre otras figuras de la cultura del momento. Escribió en revistas literarias junto a poetas como Apollinaire, Réverdy, Tzara, Breton y Aragon; es decir, lo más granado de la poesía francesa del momento.

Al periodo parisino corresponde la fundación del Creacionismo, en la que situaba al creador artístico a la altura de un demiurgo capaz de insuflar a su creación un aliento vital tan poderoso que se podría medir, incluso, con las creaciones de la propia Naturaleza. Así, para Huidobro el artista no debía limitarse a imitar la Naturaleza (de ahí el título de su el manifiesto creacionista: Non serviam, "no serviré"), sino que debía mantener con ella una especie de competición en la que podía mostrar el vitalismo de su propia obra. Es la famosa tesis que sintetizó en la fórmula: ¿Por qué cantáis la rosa, ¡oh poetas!? / Hacedla florecer en el poema.

Lógicamente, esta concepción llevaba aparejada la necesidad de crear nuevas imágenes -tan coloristas como animadas e sorprendentes- e, incluso, un novedoso lenguaje poético capaz de romper con todos los niveles de la lengua y generar también su propia sintaxis; de ahí que la yuxtaposición (de oraciones, vocablos o sonidos extrañamente puestos en contacto) se convirtiera en una de las características más acusadas del Creacionismo, al tiempo que las largas secuencias y enumeraciones de palabras y sintagmas contribuyeran decisivamente a dar al poema esa apariencia de objeto aleatorio, mera creación de un dios absorto en las posibilidades estéticas del material con que moldea su obra.

Con estos presupuestos estéticos, Vicente Huidobro se presentó en Madrid en 1918, donde fundó un destacado grupo de poetas creacionistas consagrados a la elaboración de textos que seguían fielmente los postulados del ya respetado maestro chileno. Por aquel entonces ya era un poeta fecundo, que arrastraba tras sí una interesante producción literaria: seis poemarios impresos en su país natal (Ecos del alma, La gruta del silencio, Canciones en la noche, Pasando y pasando, Las pagodas ocultas y Adán), uno aparecido en Buenos Aires (El espejo de agua) y otro publicado en París (Horizon Carré). A ellos se añadirían pronto cuatro nuevos poemarios (Poemas árticos, Ecuatorial, Tour Eiffel y Hallali).

Entre el 16 de mayo y el 2 de junio de 1922, Vicente Huidobro presentó una exposición de trece poemas en forma de caligramas en el Teatro Eduardo VII de París. En el catálogo de la exposición estaba su retrato dibujado por Pablo Picasso y una crítica elogiosa de sus poemas escrita por el español Gerardo Diego. Su aceptación en París fue un éxito personal y de Chile, favorecido por el hecho de que el poeta escribiera indistintamente en francés y en español.

Regresó por un largo período a Chile en 1925. Desde su llegada inició una intensa actividad literaria y política, con la fundación de la revista La Reforma y sus numerosas colaboraciones en Andamios, Panorama y Ariel. En el terreno político fundó un diario, Acción, desde el que defendía sus ideas contrarias al militarismo. Candidato a presidente, fracasó estrepitosamente en los comicios de 1925, lo que le causó no poca amargura.

Alrededor de 1930 fue cuando dio los toques finales a sus dos obras cumbres, dos poemarios que, desde el momento mismo de su aparición estaban llamados a situarse en los puestos cimeros de la literatura universal. Por aquel entonces, Huidobro estaba en el apogeo de su fama, y gozaba del éxito obtenido por su novela fílmica Mío Cid Campeador (1929), en la que el propio poeta -que alardeaba de ser descendiente de Rodrigo Díaz de Vivar- identificaba su relación amorosa con Ximena Amunátegui como una reencarnación moderna de la pareja formada por El Cid y Doña Jimena.

La peripecia que había dado lugar a esta unión no puede ser más rocambolesca: en 1925, coincidiendo con su regreso a Chile y su fracaso en el intento de tomar parte activa en la política de su país, el gran poeta había conocido a Ximena, una joven estudiante de quince años de edad, por la que abandonó a su mujer (con la que llevaba casado más de quince años) y a sus hijos. Ximena no sólo era menor de edad, sino hija de un poderoso prócer chileno, quien se opuso tajantemente a su unión con el poeta. Huidobro marchó entonces a París, cerró la casa de Montmartre donde había residido con su familia, y se trasladó a Nueva York, donde cosechó algún éxito como escritor de guiones cinematográficos.

Pero en 1928, cuando Ximena Amunátegui acababa de alcanzar la mayoría de edad, el poeta viajó a Chile, la raptó a la salida del Liceo y se marchó de nuevo a París, en donde la feliz pareja se instaló en el barrio de Montparnasse. Fueron aquellos unos años de plenitud amorosa y creativa para el poeta, quien, después del mencionado éxito de su versión del Cid, decidió retomar un largo y ambicioso proyecto en el que había empezado a trabajar diez años antes. Se trata de Altazor o el viaje en paracaídas, un poema mayor en siete cantos que narra la caída del hombre y el encuentro con la mujer, con la poesía. Junto con Temblor de cielo (acabado también por aquellas fechas), es la obra cumbre del Creacionismo y el mayor legado de Huidobro a la poesía.

Después de que las corrientes estéticas hayan virado por centenares de derrotas diferentes, el valor poético de Altazor y Temblor de cielo sigue siendo incalculable. Bien es cierto que una parte de la crítica sólo ve en Huidobro una especie de ingenioso prestidigitador que juega con las palabras como si de objetos malabares se tratasen, sin conseguir dar a sus composiciones sentido alguno; pero la mayoría de los estudiosos del fenómeno poético aún se deslumbra con las imágenes, la vivacidad, la invención y la heterodoxia inconformista y novedosa de este gran rebelde de las letras hispanas, quien supo mantener su vigor creacionista hasta en el epitafio que dejó escrito para su lápida: "Abrid esta tumba: al fondo se ve el mar".

En 1933 Huidobro retornó de nuevo a su país. En esta ocasión volvió a desplegar una energía incansable fundando revistas tales como Pro, Vital, Primero de Mayo y Total. El año 1934 fue particularmente fecundo, pues publicó Cagliostro, a la que definió como novela-filme y que recibió un premio en un concurso de guiones celebrado en Hollywood, y La próxima historia que pasó en poco tiempo más, novela futuróloga en la que reflexionaba sobre la sociedad tecnocratizada que ya se estaba vislumbrando. En Papá o El diario de Alicia Mir introdujo referencias autobiográficas y En la luna, guiñol en cuatro actos y trece cuadros, una clara intencionalidad política.

Entre 1935 y 1938 Huidobro polemizó con Pablo Neruda y estuvo en España durante la Guerra Civil. Regresó a Chile en 1938, donde continuó su incansable labor creadora publicando ese mismo año la novela Sátiro o El poder de las palabras. Se trata de una novela de gran penetración psicológica. Junto con otros autores como Braulio Arenas y Fernando Alegría colaboró en Multitud; recopiló antiguos poemas dispersos de 1923 en Ver y palpar y El ciudadano del olvido, ambos libros dados a conocer en 1941 y considerados como obras fundamentales en su creación poética.

A finales de la Segunda Guerra Mundial regresó a Europa, para alistarse con el ejército francés con el que participó en las últimas batallas y obtuvo el grado de capitán. Entonces su figura comenzaba a ser una leyenda en Chile, donde en 1945 se publicó una Antología. Su experiencia bélica le dejó una herida que no llegó nunca a curar y que lo condujo a la muerte cuando estaba de vuelta en su país natal, falleciendo a orillas del mar en Cartagena el 2 de enero de 1948.

Su hija Manuela se preocupó de sacar a la luz las últimas creaciones de su padre en el mismo año de su muerte publicando Últimos poemas. Siguieron diversas ediciones y reediciones de sus obras; todavía en 1993 José A. de la Fuente editaba Vicente Huidobro: Textos inéditos y dispersos.

EL PASO DEL RETORNO


A RAQUEL QUE ME DIJO
UN DÍA CUANDO Tú TE
ALEJAS UN SOLO INSTANTE,
EL TIEMPO Y YO LLORAMOS

Yo soy ese que salió hace un año de su tierra
Buscando lejanías de vida y muerte
Su propio corazón y el corazón del mundo
Cuando el viento silbaba entrañas
En un crepúsculo gigante y sin recuerdos

Guiado por mi estrella
Con el pecho vacío
Y los ojos clavados en la altura
Salí hacia mi destino

Oh mis buenos amigos
¿Me habéis reconocido?
He vivido una vida que no puede vivirse
Pero tú Poesía no me has abandonado un solo instante

Oh mis amigos aquí estoy
Vosotros sabéis acaso lo que yo era
Pero nadie sabe lo que soy
El viento me hizo viento
La sombra me hizo sombra
El horizonte me hizo horizonte preparado a todo

La tarde me hizo tarde
Y el alba me hizo alba para cantar de nuevo

Oh poeta esos tremendos ojos
Ese andar de alma de acero y de bondad de mármol
Este es aquel que llegó al final del último camino
Y que vuelve quizás con otro paso
Hago al andar el ruido de la muerte
Y si mis ojos os dicen
Cuánta vida he vivido y cuánta muerte he muerto 
Ellos podrían también deciros
Cuánta vida he muerto y cuánta muerte he vivido

¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros! 
La noche ha dejado noche en mis cabellos
¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado? 
¿Pero era ausencia aquélla o era mayor presencia?

Cuando las piedras oyen mi paso
Sienten una ternura que les ensancha el alma
Se hacen señas furtivas y hablan bajo:
Allí se acerca el buen amigo
El hombre de las distancias
Que viene fatigado de tanta muerte al hombro 
De tanta vida en el pecho
Y busca donde pasar la noche

Heme aquí ante vuestros limpios ojos
Heme aquí vestido de lejanías
Atrás quedaron los negros nubarrones
Los años de tinieblas en el antro olvidado 
Traigo un alma lavada por el fuego
Vosotros me llamáis sin saber a quién llamáis
Traigo un cristal sin sombra un corazón que no decae
La imagen de la nada y un rostro que sonríe
Traigo un amor muy parecido al universo
La Poesía me despejó el camino 
Ya no hay banalidades en mi vida
¿Quién guió mis pasos de modo tan certero?

Mis ojos dicen a aquellos que cayeron
Disparad contra mí vuestros dardos
Vengad en mí vuestras angustias
Vengad en mí vuestros fracasos
Yo soy invulnerable
He tomado mi sitio en el cielo como el silencio

Los siglos de la tierra me caen en los brazos 
Yo soy amigos el viajero sin fin
Las alas de la enorme aventura
Batían entre inviernos y veranos
Mirad cómo suben estrellas en mi alma
Desde que he expulsado las serpientes del tiempo oscurecido

¿Cómo podremos entendernos?
Heme aquí de regreso de donde no se vuelve
Compasión de las olas y piedad de los astros
¡Cuánto tiempo perdido! Este es el hombre de las lejanías
El que daba vuelta las páginas de los muertos
Sin tiempo sin espacio sin corazón sin sangre
El que andaba de un lado para otro
Desesperado y solo en las tinieblas 
Solo en el vacío
Como un perro que ladra hacia el fondo de un abismo

¡Oh vosotros! ¡Oh mis buenos amigos! 
Los que habéis tocado mis manos 
¿Qué habéis tocado?
Y vosotros que habéis escuchado mi voz 
¿Qué habéis escuchado?
Y los que habéis contemplado mis ojos 
¿Qué habéis contemplado?

Lo he perdido todo y todo lo he ganado 
Y ni siquiera pido
La parte de la vida que me corresponde
Ni montañas de fuego ni mares cultivados
Es tanto más lo que he ganado que lo que he perdido 
Así es el viaje al fin del mundo
Y ésta es la corona de sangre de la gran experiencia
La corona regalo de mi estrella 
¿En dónde estuve en dónde estoy?

Los árboles lloran un pájaro canta inconsolable 
Decid ¿quién es el muerto?
El viento me solloza
¡Qué inquietudes me has dado!
Algunas flores exclaman
¿Estás vivo aún?
¿Quién es el muerto entonces?
Las aguas gimen tristemente
¿Quién ha muerto en estas tierras?
Ahora sé lo que soy y lo que era
Conozco la distancia que va del hombre a la verdad
Conozco la palabra que aman los muertos
Este es el que ha llorado el mundo el que ha llorado resplandores

Las lágrimas se hinchan se dilatan
Y empiezan a girar sobre su eje.
Heme aquí ante vosotros
Cómo podremos entendernos Cómo saber lo que decimos
Hay tantos muertos que me llaman
Allí donde la tierra pierde su ruido
Allí donde me esperan mis queridos fantasmas
Mis queridos espectros
Miradme os amo tanto pero soy extranjero
¿Quién salió de su tierra
Sin saber el hondor de su aventura?
Al desplegar las alas
Él mismo no sabía qué vuelo era su vuelo

Vuestro tiempo y vuestro espacio
No son mi espacio ni mí tiempo
¿Quién es el extranjero? ¿Reconocéis su andar?
Es el que vuelve con un sabor de eternidad en la garganta
Con un olor de olvido en los cabellos
Con un sonar de venas misteriosas
Es este que está llorando el universo
Que sobrepasó la muerte y el rumor de la selva secreta
Soy impalpable ahora como ciertas semillas
Que el viento mismo que las lleva no las siente
Oh Poesía nuestro reino empieza

Este es aquel que durmió muchas veces
Allí donde hay que estar alerta
Donde las rocas prohíben la palabra
Allí donde se confunde la muerte con el canto del mar
Ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves
He aquí las llaves
¿Quién las había perdido?
¿Cuánto tiempo ha que se perdieron?
Nadie encontró las llaves perdidas en el tiempo y en las brumas 
¡Cuántos siglos perdidas!

Al fondo de las tumbas
Al fondo de los mares
Al fondo del murmullo de los vientos
Al fondo del silencio
He aquí los signos
¡Cuánto tiempo olvidados!
Pero entonces amigo ¿qué vas a decirnos?
¿Quién ha de comprenderte? ¿De dónde vienes?
¿En dónde estabas? ¿En qué alturas en qué profundidades?
Andaba por la Historia del brazo con la muerte

Oh hermano, nada voy a decirte
Cuando hayas tocado lo que nadie puede tocar 
Más que el árbol te gustará callar.

De Últimos Poemas. Póstumo, 1948




Luca Giordano (Llamado en España Lucas Jordán; Nápoles, 1632 - 1705)

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Pintor italiano. Dotado de extraordinarias dotes para la pintura, el napolitano Luca Giordano fue, por su brillante paleta, su técnica pictórica suelta y su fecunda imaginación, un claro predecesor de los grandes decoradores venecianos del siglo XVIII. Apodado Luca fa presto por su rapidez de ejecución, fue discípulo del español José de Ribera, cuyo influjo es perceptible en sus obras iniciales. Su estilo cambió profundamente tras conocer las obras del Veronés, en Venecia, y las últimas realizaciones de Pietro da Cortona, en Florencia y Roma, que lo hicieron orientarse hacia criterios más decorativistas. Pintor sobre todo de frescos, con temas religiosos o mitológicos, Giordano desarrolló una intensa actividad, no sólo en Nápoles, sino también en otras ciudades de Italia y España, país este último donde trabajó durante la década de 1690, como pintor de la corte para el monarca Carlos II, y donde se le conoció también con el nombre de Lucas Jordán. Además de la serie de lienzos con escenas de la historia de Salomón y David, conservados en el Museo del Prado y el Palacio Real de Madrid, destacan en su abundantísima producción los frescos del palacio Medici-Riccardi y los de la capilla Corsini de la iglesia de Santa Maria del Carmine, ambos en Florencia; así como los de El Escorial, el madrileño Casón del Buen Retiro y la sacristía de la catedral de Toledo.


Hijo de un mediocre pintor, se inició en el oficio bajo la dirección de su padre hasta pasar a recibir una formación pictórica más completa en el taller de José de Ribera, artista español afincado en el reino napolitano cuyo estilo influyó en las primeras etapas de su pintura. Gracias a unas cualidades técnicas excepcionales, comenzó su trayectoria pictórica precozmente. En 1654 era ya un pintor independiente de contrastada calidad al que se le encargaron los grandes lienzos de la iglesia de San Pietro ad Aram, en su ciudad natal. Su forma de pintar, impregnada aún de tenebrismo, presentaba ya unas características singulares que denotaban su conocimiento del uso del color de las escuelas romana y veneciana, así como de las composiciones de Rubens.

Poco después marchó a Roma, ciudad en la que se ejercitó en la técnica de la pintura al fresco como discípulo de Pietro da Cortona. Su evolución estilística le fue apartando progresivamente del naturalismo riberiano hacia creaciones más dinámicas y coloristas, con pinceladas más ágiles y sueltas. Trabajó en varias capitales italianas, como Venecia (frescos de la iglesia de Santa Maria della Salute), Roma (frescos de la iglesia de Santa Maria in Campitelli) o Bérgamo, pero su actividad principal siguió centrada en Nápoles. En 1677 inició una de sus obras emblemáticas, la decoración de la abadía de Montecassino (Italia), destruida en 1943, y en 1682 pintó distintas obras en Florencia para la iglesia del Carmine y para el Palacio Médici-Ricardi.

Su gran fama como muralista le llevó a ser llamado en varias ocasiones por Felipe IV a Madrid. Giordano rehusó repetidamente las invitaciones de la Corte española, pero en abril de 1692, durante el reinado de Carlos II, no pudo rechazar la ventajosa oferta que se le hizo. Recibió un elevado salario y les fueron otorgados importantes cargos a él y a sus familiares, tanto en España como en Nápoles. Entre 1692 y 1694 pintó diversas composiciones de carácter simbólico, para la exaltación de la monarquía de los Austria, en las bóvedas de la iglesia y de la escalera imperial del monasterio de El Escorial (San Lorenzo de El Escorial, Madrid), del que se convirtió, tras el fallecimiento en 1693 de Claudio Coello, en el principal director de la decoración pictórica.

Posteriormente se trasladó a Madrid; en la capital del reino realizó diversos frescos para la Capilla Real, la iglesia de Nuestra Señora de Atocha, la iglesia de San Antonio de los Portugueses y el Casón del Buen Retiro, donde, en la bóveda del Salón del Baile, glorificó la Orden del Toisón de Oro. También atendió encargos para clientes particulares, iglesias o el mismo rey, bien al fresco o bien al óleo, de amplia variedad temática. Pintó un lienzo para el camarín del monasterio de Guadalupe (Cáceres) y, en Toledo, decoró las bóvedas de la sacristía de la catedral con el tema de la imposición de la casulla a San Ildefonso. La muerte en 1700 de su protector, el monarca Carlos II, y el cambio de dinastía no le privaron ni de sus honores ni de sus numerosos encargos. Retrató al nuevo rey, Felipe V, y le acompañó en 1702 en su viaje a Nápoles, ciudad en la que el pintor falleció tres años más tarde.

Cultivador de todos los géneros, Luca Giordano ha sido considerado el pintor más fecundo de todo el barroco. Como decorador mural, empleando la técnica del fresco, desarrolló la herencia que tras ser iniciada por Correggio continuaron numerosos artistas italianos, entre los que sobresalieron los hermanos Carraci, Lanfranco y Pietro da Cortona. Sus creaciones, en las que se observa su dominio de la perspectiva y de los efectos ópticos, poseen un destacado sentido decorativo. Su capacidad inventiva, su control de los recursos técnicos y la facilidad y rapidez de ejecución le condujeron a ser conocido con el sobrenombre de Luca fa presto.

También al óleo, sobre lienzo, realizó una pintura caracterizada por el empleo de escorzos violentos y el uso de una gran variedad de gamas cromáticas. La influencia posterior que ejerció su obra fue muy amplia, principalmente en las escuelas napolitana, veneciana y florentina del settecento. Los pintores madrileños de los primeros años del siglo XVIII, como el también fresquista Antonio Palomino, imitaron su estilo. Desdeñado por la estética neoclásica, los estudios actuales han revalorizado el dinamismo y los valores pictóricos de sus obras. El Museo del Prado (Madrid) conserva numerosos cuadros suyos.



Serie Cosmogénesis

Gustave Doré (Estrasburgo, 1832-París, 1883)

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Pintor e ilustrador francés. Fue uno de los más fecundos e influyentes dibujantes de la segunda mitad del siglo XIX. A los quince años presentó sus dibujos, de gran calidad, a Philipon, quien hizo que colaborara en el Journal pour Rire, y publicó su primer álbum de litografías sobre Los Trabajos de Hércules.



Sus exuberantes fantasías constituyeron una importante fuente de inspiración para los pintores románticos, quienes compartían la atracción por el mundo onírico que él representaba. En 1847 se trasladó a París, y entre 1848 y 1851 publicó semanalmente caricaturas en el Journal pour Rire, así como diversos álbumes de litografías.


Debe su fama, sobre todo, a sus xilografías destinadas a la ilustración de más de noventa libros, entre los que se encuentran las Oeuvres, de Rabelais (1854), Les Contes drolatiques, de Balzac (1855), el Infierno, de Dante (1861), o Las aventuras del barón de Münchhausen (1866).

La mayor parte de las grandes ilustraciones de Rabelais son grabados interpretativos; él indicaba sobre la madera o a la aguada la composición principal y los principales valores. Luego, hábiles especialistas como Pannemaker, Gusman y Pisan se encargaban de terminar la obra. Una de sus litografías más valiosas representa la muerte trágica de Gérard de Nerval (1855).

El magistral ilustrador experimentó también con la pintura, representando escenas de carácter histórico o religioso, y con la escultura, pero, aunque obtuvo cierto reconocimiento, sus creaciones en estos medios nunca alcanzaron la vivacidad de sus ilustraciones.



Gustave Doré is an illustrator and a French painter. he was born in Strasbourg on 6 January 1832 and died on January 23 1883 in Paris. 
The son of an engineer of Bridges and Roads, to thirteen years, he began to draw his first lithographs and fourteen it releases its first album The work of Hercules. At fifteen, Gustave Dore was hired as a cartoonist for the Journal of Philipon laugh. The same year, in 1848, he started at the Salon with two pen drawings. In 1849, death of his father, he is already well known and has only sixteen years. It then passes his time with his mother. Beginning in 1851, while outlining his paintings, he made few religious sculptures and works in various journals including the Journal for all. In 1854, the publisher Joseph Bry publishes an edition of the works of Rabelais, illustrated with a hundred engravings. 
Gustave Dore illustrations more than a hundred masterpieces of world literature 
Here are some:
• Burger: Münchhausen, Frune, 1862, 158 ill. 
• Lord Byron: the work, ed. J. Bry. 
• Miguel Cervantes: Don Quixote, 1863, 377 ill. 
• Theophile Gautier: Captain Fracasse, 1866, 60 ill. 
• Victor Hugo: Workers of the Sea, 1867, 22 ill. 
• Jean de La Fontaine: fables, 1868, 248 ill. 
• Charles Perrault: tales (Bluebeard, Cinderella, The Cat in Boots, Little Red Riding Hood, The Little poucet, Riquet the tuft). 
• François Rabelais: works, ed. J. Bry, 1851, 104 ill. 
• Comtesse de Segur: New fairy tales, Hachette, 1857, 20 vines. 
• Sindbad the sailor, Maxwell, 1865



Gustave Doré est un illustrateur et un peintre français. il est né à Strasbourg le 6 janvier 1832 et mort le 23 janvier 1883 à Paris. 
Fils d'un ingénieur des Ponts-et-Chaussées, à treize ans, il commence à dessiner ses premières lithographies et à quatorze on publie son premier album Les travaux d'Hercule. A quinze ans, Gustave Doré est engagé comme caricaturiste au Journal pour rire de Philipon. La même année, en 1848, il débute au Salon avec deux dessins à la plume. En 1849, à la mort de son père, il est déjà très connu et n'a que seize ans. Il passe alors son temps auprès de sa mère. À partir de 1851, tout en exposant ses toiles, il réalise quelques sculptures à sujets religieux et collabore à diverses revues dont le Journal pour tous. En 1854, l'éditeur Joseph Bry publie une édition des œuvres de Rabelais, illustrée d'une centaine de ses gravures. 
Gustave Doré illustra plus de cent chefs-d'œuvre de la littérature universelle 
En voici quelques uns : 
• Bürger : Münchhausen, Frune, 1862, 158 ill. 
•Lord Byron : l'œuvre, éd. J. Bry. 
•Miguel Cervantes : Don Quichotte, 1863, 377 ill. 
•Théophile Gautier : Capitaine Fracasse, 1866, 60 ill. 
•Victor Hugo : Les travailleurs de la mer, 1867, 22 ill. 
•Jean de La Fontaine : fables, 1868, 248 ill. 
•Charles Perrault : contes (Barbe-Bleue, Cendrillon, Le chat botté, Le petit chaperon rouge, Le petit poucet, Riquet à la houppe). 
•François Rabelais : œuvres, éd. J. Bry, 1851, 104 ill. 
•Comtesse de Ségur : Nouveaux contes de fées, Hachette, 1857, 20 vign. 
•Sindbad le marin, Maxwell, 1865
















Khalil Gibran

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1883

En Bisharri (Líbano), nace Khalil Gibran que será destacado poeta, pintor, novelista y ensayista libanés. (Hace 131 años)



David Alfaro Siqueiros

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1974

Murió David Alfaro Siqueiros, pintor mexicano.

LA GRAN INVOCACIÓN nos eleva desde la PERSONALIDAD a la TRÍADA ESPIRITUAL

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LA GRAN INVOCACIÓN nos eleva desde la PERSONALIDAD a la TRÍADA ESPIRITUAL - www.gidgi-argentina.org/pedidos-lgi.htm


Generalmente vivimos y funcionamos en los planos físico, emocional y mental concreto o inferior. 

La Tríada Espiritual tiene su territorio en el mental superior (luz), el búdico (amor) y el átmico (voluntad).

Así pues, la primera estrofa nos eleva del mental inferior a la mente superior, iluminación.

La segunda estrofa nos eleva del plexo solar (emoción) al chacra cardíaco (amor).

La tercera estrofa nos eleva del chacra base (voluntad de vivir) al chacra coronario, el loto de 1.000 pétalos, que es la voluntad espiritual.

El proceso de la elevación de las energías en nuestro ser con la ayuda de LA GRAN INVOCACIÓN hace que nos transformemos, tal como se dice en términos místicos, de Hijos de Hombre en HIJOS DE DIOS! O como se podría decir en términos científicos, transformarnos desde un centro oscuro y con poca irradiación, en centros magnéticos-eléctricos de alto voltaje que irradian su vibración a grandes distancias transmutando todo en LUZ, AMOR y VOLUNTAD!

En la cuarta estrofa, como seres humanos conscientes, viviendo dentro de lo posible en la Tríada Espiritual nos dedicamos a servir al Plan de Luz y Amor, y una parte de ese Plan es distribuir por todos los rincones de todos los países LA GRAN INVOCACIÓN a todas las personas con las que nos ponemos en contacto. 

Cuántas más personas reciban y utilicen LA GRAN INVOCACIÓN más rápido se elevará la humanidad y el planeta Tierra a su destino de Planeta Sagrado dentro del Sistema Solar. 

La simple tarea y servicio de solicitar tarjetas gratuitas en
www.gidgi-argentina.org/pedidos-lgi.htm y compartir con nuestros seres queridos, amigos y conocidos ayudará a producir los grandes cambios que todos esperamos y que anunciarán externamente que nuestro Logos Planetario ha recibido la Iniciación...

QUE TODOS NOS DEDIQUEMOS A DISTRIBUIR LA GRAN INVOCACIÓN EN GRAN ESCALA CON CONCIENCIA DE UNIDAD!

Juan Rulfo (Sayula, México, 1918 - Ciudad de México, 1986)

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Escritor mexicano. Juan Rulfo creció en el pequeño pueblo de San Gabriel, villa rural dominada por la superstición y el culto a los muertos, y sufrió allí las duras consecuencias de las luchas cristeras en su familia más cercana (su padre fue asesinado). Esos primeros años de su vida habrían de conformar en parte el universo desolado que Juan Rulfo recreó en su breve pero brillante obra.

En 1934 se trasladó a Ciudad de México, donde trabajó como agente de inmigración en la Secretaría de la Gobernación. A partir de 1938 empezó a viajar por algunas regiones del país en comisiones de servicio y publicó sus cuentos más relevantes en revistas literarias.

En los quince cuentos que integran El llano en llamas (1953), Juan Rulfo ofreció una primera sublimación literaria, a través de una prosa sucinta y expresiva, de la realidad de los campesinos de su tierra, en relatos que trascendían la pura anécdota social.

En su obra más conocida, Pedro Páramo (1955), Rulfo dio una forma más perfeccionada a dicho mecanismo de interiorización de la realidad de su país, en un universo donde cohabitan lo misterioso y lo real, y obtuvo la que se considera una de las mejores obras de la literatura iberoamericana contemporánea.

Rulfo escribió también guiones cinematográficos como Paloma herida (1963) y otra novela corta magistral, El gallo de oro (1963). En 1970 recibió el Premio Nacional de Literatura de México, y en 1983, el Príncipe de Asturias de la Letras.

Algún día llegará la noche.
En eso pensábamos.
Llegará la noche
y nos pondremos a descansar.
Ahora se trata de cruzar el día,
de atravesarlo como sea
para correr del calor y del sol.
Después nos detendremos.
Después.
(...)

Ya descansaremos bien a bien
cuando estemos muertos.



Los Siete Puentes de la Estación Paso Mayor Ferrocarril Rosario Puerto Belgrano

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Paso Mayor era una estación ferroviaria que se ubica en la ciudad del mismo nombre, en el partido de Coronel Rosales, Provincia de Buenos Aires, Argentina.


Su construcción finalizó en 1908 a cargo del Ferrocarril Rosario a Puerto Belgrano.



Existían a lo largo de la línea treinta y tres puentes de longitud variada, allí donde las vías se interseptan con las de otras compañías; el largo total de los viaductos es de 857 metros. Asimismo, hay cuarenta y cuatro puentes que cruzan ríos, que totalizan 271 metros en su tendido, además del más largo de ellos el del Río Sauce Grande, con estructura de hierro y 266 m. de extensión y que hoy todavía puede verse en todo su esplendor en el límite entre los partidos de Coronel Rosales y Coronel Dorrego.


Fueron necesarios además otros muchos puentes de mampostería o hierro, y terraplenes para realizar las pendientes para el cruce de otras líneas; en promedio, se usaron unos 90.000 m³ de tierra y piedra por cada paso en alto nivel.

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